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8 ASPECTOS DE LA EDUCACIÓN MONTESSORI

  • Foto del escritor: CDA Licenciadas Del Eje
    CDA Licenciadas Del Eje
  • 1 mar 2024
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 24 mar 2024

1. MOVIMIENTO: Los maestros Montessori saben que el movimiento ayuda al aprendizaje. Si la tarea de aprendizaje de un niño incluye usar sus manos para mover las piezas de un trabajo en el aula (por ejemplo, mover una vaca en miniatura hacia una tarjeta con la letra "v"), el niño aprende de manera más eficiente, lo que significa que aprende más rápidamente, retiene el aprendizaje por más tiempo y disfruta más de la experiencia que si no hubiera usado el movimiento. 

Por lo tanto, es frecuente ver a los niños en un aula Montessori moviendo materiales por el aula o realizando movimientos mientras trabajan con sus materiales Montessori. Esto es válido para todos los niveles de aprendizaje.


2. ELECCIÓN Y CONTROL: Los niños aprenden mejor cuando pueden elegir qué y/o cuándo aprenden algo, y si creen que tienen el control de qué, cuándo y cómo aprenden. 

Por ello, en una escuela Montessori podemos observar a los niños:

- eligiendo el orden en el que realizan sus tareas del día, 

- eligiendo entre dos o más métodos diferentes para participar en una tarea de aprendizaje. 

Así mismo, pueden optar por aprender solos, en parejas o en grupos.


3. INTERÉS: El interés en lo que uno está aprendiendo hace que uno sea un mejor estudiante.

Montessori se dio cuenta de que los niños aprenden mejor cuando están interesados en el material que están estudiando. En base a esto, se presentan a los alumnos tareas y temas de estudio diseñados para ser de interés personal o temático para cada niño. 

A un niño interesado en andar en patineta, por ejemplo, se le puede animar a aprender sobre la gravedad, a través de este interés. 

La pobreza podría ser un tema de estudio para niños de 9 a 12 años, ya que, por desarrollo, se inclinan al altruismo y la empatía a estas edades.

Es decir, se aprovechan los intereses que los niños tienen en un determinado momento o edad para, a partir de eso, motivarlos a aprender sobre temas que quizás por sí mismos no les llamarían la atención o podrían considerar como “aburridos” 


4. RECOMPENSAS Y MOTIVACIÓN: las investigaciones demuestran que los niños que reciben recompensas por aprender tienen más probabilidades de apresurarse a realizar una actividad de aprendizaje, pero menos probabilidades de regresar o continuar con esa actividad, y tienen una retención más corta del aprendizaje, que los niños que no las reciben. 

En otras palabras, la pegatina de estrella dorada que se entrega al niño



ha sido identificada como algo que contribuye a que ese niño se convierta en un estudiante menos exitoso. 

Esta es la razón por la que las calificaciones y las clasificaciones generalmente no existen en las escuelas Montessori. 

Los profesores (los guías) tienen sus propias formas de animar a los niños con el objetivo de desarrollar una motivación intrínseca en el niño, de manera que los niños participan en el aprendizaje por el aprendizaje en sí mismo: el aprendizaje es la recompensa del alumno.


5. INTERACCIÓN ENTRE PARES: En una escuela Montessori, los niños se ubican en grupos de aprendizaje de varias edades (por ejemplo, de 6 a 9 años) en lugar de ser agrupados por grados. Esto permite que los niños se enseñen y aprendan unos de otros. Un niño que ha dominado un objetivo de aprendizaje refuerza su propio aprendizaje enseñándole esa lección a un niño más pequeño. Un niño más pequeño puede sobresalir y enseñar a sus propios compañeros. Los niños aprenden a una edad temprana a depender y ayudars



e unos a otros.


6. APRENDIZAJE CONTEXTUALIZADO: Los maestros Montessori creen que el contexto apoya y mejora el aprendizaje. En las aulas de primaria, los profesores utilizan las grandes lecciones para proporcionar un amplio contexto dentro del cual los niños puedan seguir sus intereses individuales. Una de estas lecciones, por ejemplo, es La llegada de la vida, que incluye una línea de tiempo desde la llegada de las primeras formas de vida hasta los humanos modernos. Dentro de este contexto expansivo, los estudiantes pueden hablar sobre biología, botánica, civilizaciones antiguas, clasificaciones de hongos, necesidades humanas y mucho más. Aprender cosas fuera de contexto, memorizando datos o mediante otras actividades de preparación para exámenes, hace que los niños pierdan ese aprendizaje, lo devalúen y, en última instancia, desarrollen actitudes negativas hacia el aprendizaje.


7. INTERACCIÓN CON EL ADULTO: Uno de los principios de María Montessori fue que la interacción entre niños y maestros en el entorno de aprendizaje no debería ser ni menos, ni demasiado poca. 

Permitir que un niño luche con un proyecto o un problema el tiempo suficiente para aprender de él, pero no tanto como para que se sienta frustrado, es una habilidad que los guías Montessori adquieren y practican. Lo ideal es que los niños identifiquen, participen y establezcan el ritmo de su propio aprendizaje de forma independiente, con el maestro disponible para guiarlos y, por supuesto, enseñarles, pero en su justa medida. Ni mucho, ni poco.


8. ORDEN Y PREVISIBILIDAD: un aula Montessori es un lugar tranquilo y ordenado en el que los niños saben qué esperar. Uno de los objetivos más importantes del maestro o guía, es organizar el entorno de manera que facilite al máximo el aprendizaje. Los materiales son conocidos por los niños, están en sus áreas curriculares correctas y están en un orden de presentación pensado. 

El orden y la previsibilidad del aula Montessori reducen los niveles de ansiedad, aumentan el afecto positivo, desarrollan la independencia y mejoran el amor por aprender.

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